
Rafael Ramírez, titular de la  Administración Técnica Forestal y de Fauna Silvestre, sección Lima, del  Inrena, señaló que entre los animales recuperados también se encuentran  183 aves y 52 mamíferos silvestres.    Estas recuperaciones fueron posibles gracias a la labor en conjunto  realizada por el Inrena, el Ministerio Público y la Policía Ecológica,  indicó.    Refirió que la cifra total es similar a la registrada en el mismo  período (enero-marzo) del año pasado, aunque hubo un incremento en el  decomiso de reptiles y una disminución en la cantidad de aves.     El incremento en la captura de reptiles no responde necesariamente a una  mayor demanda de estos animales silvestres, sino a un aspecto de  oportunidad, ya que depende de lo que se encuentre en las intervenciones  sorpresivas que se realizan, explicó.    Ramírez apuntó que una modalidad importante de tráfico ilegal es la  taxidermia (animales disecados),utilizada en insectos, principalmente.    “La legislación actual no hace distinciones, ya que están protegidos los  animales vivos y los disecados”, precisó.    El comercio de animales disecados en Lima se localiza, sobre todo, en  los mercados artesanales, que carecen de autorización para esta labor y,  sin embargo, ofrecen las especies taxidermizadas como souvenir.     Las especies preferidas por los taxidermistas son arañas, mariposas,  murciélagos e insectos diversos, los cuales son colocados en cuadros de  madera, detalló.      El comercio de animales está permitido, siempre y cuando se cuente con  la autorización del Inrena y, para ello, se exige un Plan de Manejo que  garantice la supervivencia de las especies.    En ese sentido, el funcionario dijo que el Inrena busca formalizar el  comercio de animales mediante el sistema de zoocriaderos, que en el caso  de Lima son un total de 64 lugares dedicados a esta labor.    Refirió que los zoocriaderos se clasifican en centros de rescate,  dedicados a la investigación científica; centros de custodia temporal de  animales en cuarentena; centros de reproducción de especies para su  posterior comercialización autorizada; y zoológicos, donde las especies  pueden ser observadas por el público y que, en el caso de Lima, son el  Parque de Las Leyendas y el Centro Ecológico Recreacional (CER) de  Huachipa.                     
 
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